sábado, 25 de abril de 2009

HEPATITIS VIRAL HIJA DE LA MISERIA



La hepatitis viral es una enfermedad grave, mortal; y en Venezuela es un problema de salud pública ya que es hija predilecta de la miseria, la ignorancia, el hacinamiento, el hambre, la explotación, la promiscuidad, la desnutrición, el desempleo y los desajustes sociales; afectando primordialmente a la población desposeída y marginal que habita en los barrios pobres, cinturones de miseria, donde sus habitantes adolecen de las condiciones mínima higiénico sanitarias para prevenir esta terrible enfermedad.
La hepatitis viral es una enfermedad prevenible cuando se mejoran las condiciones de higiene y saneando el medio ambiente, combatiendo la miseria y la pobreza extrema, mejorando la calidad de vida del venezolano.
Debe implementarse una política económica coherente por parte del gobierno, reactivando el aparato productivo para así crear empleo y bienestar social, además de proveer agua potable, apropiada deposición de excretas, adecuada recolección de basura, combatir la proliferación de moscas, mejorando la higiene personal y manipulación de alimentos, combatiendo el hambre y la desnutrición, factores que son caldo de cultivo de esta enfermedad.
Si mejoramos las condiciones higiénicos sanitarias, proporcionando los factores de bienestar social ( salud, alimentación, educación, empleo, vivienda, transporte, salario justo, recreación ), educando y creando conciencia a las comunidades de esta terrible enfermedad, podemos prevenirla y combatirla, para ser más justa y humana nuestra sociedad.

Publicado en El Nuevo Coro Hoy, 30 de septiembre de 2006

EL MÉDICO, LIDER DE LA SOCIEDAD


El médico es un ser privilegia do por Dios,cuyo manto divino baña de sabiduría su alma y espíritu; cuya meta primordial es consolar y aliviar los males que aquejan a sus enfermos, con dedicación, constancia y esmero restableciendo su salud, preciado tesoro y derecho universal del ser humano.
El médico es un ser revolucionario por naturaleza, líder nato de su comunidad y luchador social incansable, presto a repudiar las injusticias y desmanes en contra de los más débiles y desamparados, los excluidos de un eficiente sistema de salud con acceso a los medicamentos y estudios clínicos especializados de alta tecnología.
No todos son mercantilistas, mercenarios y peseteros, la mayoría tenemos mística de trabajo, sensibilidad humana y vocación de servicio, que vemos en la medicina un apóstolo, para mitigar el dolor y sufrimiento de nuestros semejantes. La gran mayoría no somos hipócritas, como muchos revolucionarios que se tildan de socialistas y viven en la opulencia, en lujosas mansiones con camionetas de último modelo, trajeados con finas prendas de afamados diseñadores y relojes de marca. Opíparos de frecuentar restaurantes en el este de la capital, zona exclusiva de gente pudiente, donde degustan exquisitos manjares y delicateses digno de reyes y príncipes, embriagándose con champaña y whisky 18 años. Además de veranear en el extranjero con gastos pagos, disfrutando de paradisiacos y exóticos lugares. Este es el revolucionario de un estado capitalista, semejante hipocresía.

Publicado en El Nuevo Coro Hoy, 28 de Noviembre del 2007.