miércoles, 28 de julio de 2010

SANTERIA


El joven lucia perturbado, aletargado, desorientado, sudoroso, frío, pálido, las manos temblorosas, su voz entrecortada, balbuceaba, con pérdida acentuada de peso; se retorcía del dolor abdominal, difuso, tipo cólico con retortijones, que le impedía la marcha  y evacuaciones líquidas con sangre y moco. 
Eso era siempre que visitaba la ciudad de sus padres, donde tenia la creencia de que la madre de su hijo le había echado una brujería, estaba sugestiona do y era víctima de la manipulación de su ex esposa, que practicaba la magia negra, el pobre muchacho creía que su enfermedad era producto de los hechizos de su malvada ex mujer. Lo que no sabía él que su ex cónyuge era portadora sana de disentería amibiana y lo contamino al manipular sus alimento contagiado le la enfermedad, que lo estaba matando poco a poco.

lunes, 5 de julio de 2010

PATERNIDAD IRRESPONSABLE

El viejo decrépito caminaba lentamente por la vereda de tierra caliza, encorvado por el peso de los años, los cargos de conciencia y los remordimientos que corroen su alma, las enfermedades y los achaques de la edad; su salud se deterioraba producto de los excesos de su juventud: alcohol, trasnochos, mala vida. Era un jugador empedernido, un noctambulo, añoraba sus años mozo de una vida inútil y estéril.
Se jactaba del número de hijos que de manera irresponsable había procreado, seduciendo con mentiras y falsas promesas de matrimonio a mujeres incautas, que engañadas con villas y castillos salían embarazadas, para ser abandonadas  por este ser repugnante y vil, que nunca velo por sus hijos ni les brindo lo mínimo indispensable como educación, salud, vivienda, alimentación y protección como autoridad paterna ante los peligros de la vida, drogas, prostitución, alcoholismo, homosexualidad, delincuencia. 
Estos hijos traídos al mundo y criados por una madre soltera, carecían de una imagen paterna como modelo de conducta a seguir, preñados de principios éticos y morales, de honestidad, honorabilidad, fraternidad y solidaridad; que tanta falta hace en este mundo actual lleno de iniquidad e injusticias.