El joven lucia perturbado, aletargado, desorientado, sudoroso, frío, pálido, las manos temblorosas, su voz entrecortada, balbuceaba, con pérdida acentuada de peso; se retorcía del dolor abdominal, difuso, tipo cólico con retortijones, que le impedía la marcha y evacuaciones líquidas con sangre y moco.
Eso era siempre que visitaba la ciudad de sus padres, donde tenia la creencia de que la madre de su hijo le había echado una brujería, estaba sugestiona do y era víctima de la manipulación de su ex esposa, que practicaba la magia negra, el pobre muchacho creía que su enfermedad era producto de los hechizos de su malvada ex mujer. Lo que no sabía él que su ex cónyuge era portadora sana de disentería amibiana y lo contamino al manipular sus alimento contagiado le la enfermedad, que lo estaba matando poco a poco.