miércoles, 23 de diciembre de 2009

EL CLAMOR DEL PUEBLO VENEZOLANO

Ya no podemos estar apáticos e indiferentes frente a la grave situación política, económica y social que en los actuales momentos vive nuestra convulsionada nación. Y ver de una manera indolente como la dirigencia política de este país lo ha ido sepultando en la peor crisis económica, política y moral de estos 34 años de democracia.
Toda esta descomposición y putrefacción ética, moral y de valores es producto de la ausencia total de un verdadero liderazgo que rumbé al país hacia el camino del bienestar colectivo. Es también consecuencia de la falta de voluntad política de nuestros dirigentes que no adoptan una política económica, financiera y monetaria efectiva para sacarnos de esta grave crisis. A todo esto se suma la actual crisis de los partidos políticos, la falta de credibilidad y confianza en el sistema democrático, el incremento del auge delictivo, la policía un antro de perdición, ausencia total de la dignidad y honestidad, la apatía por los problemas nacionales, la mediocridad y negligencia que nos devora, feroz burocracia que nos aniquila, la sumisión, el quietismo y la calma entreguista del pueblo venezolano que aún no ha despertado, la falta de mando, la demagogia, la oratoria inútil, el decir tanto y no hacer nada, la clase media en la indigencia, el fisco nacional en el suelo, la clase trabajadora en la ruina, el facilismo y el nuevo riquismo, las carreteras y calles en mal estado llenas de huecos, el fantasma del hambre y la desnutrición, los hospitales y las escuelas en escombros, la economía en la ruina, la justicia venezolana humillada, desautorizada, vejada y envilecida.
Todo esto ha conducido al país a la decadencia total por culpa de políticos inescrupulosos, corruptos que carecen de toda moral y han antepuesto sus ambiciones personales de poder por encima de los intereses de la nación.
Pero todavía creo en este país privilegiado por Dios y la madre naturaleza, dotado de inmensas riquezas naturales aún no explotadas, en los jóvenes con espíritu de lucha y superación, en el obrero con ganas de trabajar duro y producir más para un mejor bienestar social, en sus dirigentes honestos, con vocación de servicio que quieran y le duela Venezuela, en el campesino que labra esta hermosa tierra grande y generosa.
Los venezolanos estamos clamando a los cuatro vientos una democracia preñada de esperanza, bienestar, justicia y libertad social, y así obtener la felicidad anhelada.

Publicado en La Revista Colegio de Médico del estado Falcón Año 1- Coro Septiembre 1.992 N° 1.

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