sábado, 12 de febrero de 2011

LA PIEDRA ENCANTADA



Cierto día, un viejo minero muy pobre y desdichado buscaba oro a orillas de un río aurífero. Al sumergir la gamella en el agua y arrojar ésta fuera de la misma, encontró en el fondo del recipiente brillando en la arena, una preciosa piedra, que tenia la particularidad de cambiar su forma, en diamante, zafiro, esmeralda, rubí, perla.
Era tal el espectáculo que presenciaran sus ojos, que regreso inmediata mente a su casa dándole la buena noticia a su esposa. Se sentían felices pues ya sus penalidades serían solventadas, y compartiendo con sus vecinos y amigos  celebraban el magno evento.
Pronto la novedad se extendió por toda la región, llegando a oídos del dueño de las tierras donde cruzaba el caudaloso río, poniéndole pleito judicial al humilde minero, refiriendo que la piedra había sido encontrada en su propiedad y por tal razón le pertenecía. El viejo alegaba que la misma fue hallada fuera de los linderos de su hacienda. Y utilizando todo el poder que el dinero puede dar, sobornó al juez para que sentenciará a su favor, despojándolo vilmente de su valioso tesoro.
Ya en posesión del perverso acaudalado, la piedra perdió su brillo y encanto, tornándose de un color negro opaco, perdiendo todo su valor, ya que en el corazón de los malvados nunca podrán  existir hechos tan hermosos y maravillosos como estos.

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