Es difícil, casi imposible rehabilitar a un delincuente de alta peligrosidad, para insertarlo a la sociedad; son socio patas que desde muy temprana edad cometen los más atroces crímenes (asesinatos, violaciones, atracos ) sin el más mínimo remordimiento, la gran mayoría adolecen de un patrón de conducta acorde a las normas morales establecidas por la sociedad. Las cárceles venezolanas son verdaderas universidades para delinquir, repletas de despojos humanos, donde reina el tráfico de drogas y armas, la promiscuidad, el hacinamiento, las bandas de delincuentes que luchan por el control del penal cometiendo homicidios bajo la mirada indolente de las autoridades; no hay una política carcelaria eficaz de reeducación del delincuente, que al salir de la cárcel se inserte a la sociedad y sea un hombre útil, al contrario reincide en el delito, cometiendo crímenes en contra de inocentes, padre de familia, estudiantes; truncando sueños y anhelos, dejando en la orfandad a sus pequeños hijos.
Publicado en El Universal 22 de Noviembre 2009.
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