Eran las seis de la tarde de un día domingo, estaba el cielo nublado, en pocos minutos una leve llovizna. Los familiares de los pacientes que eran atendidos por los galenos de guardia, se agolpaban frente a las puertas de la emergencia del hospital universitario; tratando de entrar con empujones y empeñones al recinto hospitalario, agrediendo al portero que intentaba controlar la situación; la muchedumbre vociferaba a los cuatro vientos palabras soeces e improperios, amenazando su integridad física, poniendo en riego su vida. Los agentes del orden público brillaban por su ausencia, como la gran mayoría de las veces, el gentío impedía el paso al personal médico y enfermería, que laboraba ese día en el hospital.
De pronto irrumpe en el estacionamiento frente a las puertas de la emergencia un autobús lleno de reclusos provenientes del internado judicial, vehículo custodiado por guardias fuertemente armados con fusiles de asalto y ametralladoras. Atropellan do a los médicos y enfermeras que atienden a los reclusos; ninguno presenta patologías que ponga en riesgo su vida colapsando el centro hospitalario.
Los familiares se lanzan sobre los reos, abrazándolos y colocándoles drogas en sus bolsillos y armas blancas bajo la mirada indolente de las autoridades policiales ( custodios, guardias ). En vista de esta ir regularidad, se procede a llamar a la fiscalía del ministerio público y comandante de la guarnición. A los pocos minutos se presenta un contingente de efectivos, confiscando drogas y armas, deteniendo a los guardias corruptos y pasándolo a la orden de los tribunales competentes.
Los familiares se lanzan sobre los reos, abrazándolos y colocándoles drogas en sus bolsillos y armas blancas bajo la mirada indolente de las autoridades policiales ( custodios, guardias ). En vista de esta ir regularidad, se procede a llamar a la fiscalía del ministerio público y comandante de la guarnición. A los pocos minutos se presenta un contingente de efectivos, confiscando drogas y armas, deteniendo a los guardias corruptos y pasándolo a la orden de los tribunales competentes.
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