Es triste y lamentable como todos los años se repite la deprimente historia, con el saldo de muertes y heridos por los días de asueto de la semana santa, época de recogimiento, paz espiritual y acercamiento a Dios Nuestro Señor. Estas decenas de muertes y centenares de heridos y lesionados que ocurren a lo largo y ancho del país, es producto de la irresponsabilidad y negligencia de los conductores, que bajo los efectos alucinantes de las drogas y el alcohol, recorren las carreteras y autopistas en busca de las anheladas y paradisiacas playas, ríos y montañas en su afán de escapar del terrible stress y angustia, que ocasiona vivir en las grandes ciudades.
A pesar de los grandes esfuerzos de las autoridades como defensa civil, guardia nacional, cruz roja, inspector de tránsito y ejercito, en desplegar grandes operativos, no se ha podido disminuir substancialmente las cifras de muertes y lesionados ocurridas en estos días de asueto; donde prevalece la imprudencia, el abuso y la falta de sentido común de los ciudadanos quienes dan rienda suelta a sus instintos e ímpetus en busca de los placeres mundanos, el vicio y la perdición. Transitando como psicópatas, maniacos y energúmenos por las carreteras y autopistas del país. Tal conducta impropia pone en riesgo su vida y la de los demás.Los accidentes de tránsito son la tercera causa de muerte en Venezuela, sin contar el alto número de heridos, lesionados e incapacitados, trayendo como consecuencia un gran ausentismo laboral, cuantiosas pérdidas materiales, elevados costos médicos y de hospitalización, que agravaría aún más la crisis económica del estado venezolano.
Debemos prevenir y combatir esté cáncer vial, donde mueren cada año centenares de personas útiles y valiosas, que se pierden por la irresponsabilidad, el abuso y la imprudencia.
Publicado en La Prensa el 24 de Abril de 1.998.
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