Era el año de 1.814, en el Valle de San Mateo; donde Antonio Ricaurte y un grupo de patriotas en cuyos corazones generosos e inmaculados, palpitaba el amor a la patria. Este conglomerado de valientes custodiaba la Casa Alta del Ingenio propiedad del Libertador Simón Bolívar; lugar estratégico para la defensa del suelo patrio y en cuyo interior las fuerzas de Bolívar guardaban sus armamentos y municiones.
Boves organiza un ejército de siete mil hombres; arremetiendo ferozmente contra los patriotas y entablando una sangrienta batalla que se prolongó durante horas; las bayonetas ensangrentadas blandían en el aire y se escuchaba las interminables detonaciones de las carabinas y el rugir de los cañones esparciendo por todo el valle una espesa neblina de humo. En el fragor de la lucha los muertos y los heridos teñían de sangre el campo de batalla.
Viendo Ricaurte que el enemigo se disponía a adueñarse de la fortificación, ordenó desalojar a los soldados y heridos que ocupaban la edificación, y tomando su pistola de un certero balazo hizo explotar toda la pólvora, muriendo él y los realistas que habían rodeado en ese mismo instante la Casa Alta del Ingenio. Sacrificando así su vida heroicamente en pro de la independencia de la patria.
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